Por: Jaydy Miranda
“Toda arquitectura que no exprese serenidad
no cumple con su misión espiritual.
Por eso ha sido un error sustituir el abrigo de los muros
por la intemperie de los ventanales”
Five Mexican Architects, 1967.
Resumen
La observación de la luz y el color en las obras del célebre arquitecto mexicano, Luis Barragán, han sido estudiadas internacionalmente por su increíble manejo y la estética que hay de fondo. Para Barragán, la belleza es una fuente de espiritualidad que mezcla los colores con las deidades, el arte y la naturaleza mexicana, en una relación de sombras y luces.
En éste ensayo se resaltará la interacción de estos elementos en el espacio por medio de una investigación y recopilación de datos en fuentes primarias y secundarias; esto con el propósito de entender la perspectiva del arquitecto en su obra “Casa-Estudio Luis Barragán”. Es relevante mencionar que existirán apartados en los que se abordaran temáticas, por ejemplo, se tomarán en cuenta enfoques ajenos de arquitectos y su análisis en las obras de Barragán, haciendo énfasis nuevamente en su última obra. Así como también se estudiará lo que el arquitecto pensaba de sus propias obras y su sentido humano en ellas, al igual que sus argumentos para justificar el espacio a través de revistas célebres y entrevistas. Además, se mencionarán las influencias extranjeras tanto como nacionales que tuvo para la trascendencia de su estilo y su postura arquitectónica. Por último, se hará un acercamiento de cómo la luz y el color juegan un papel importante en cada uno de los espacios de la Casa-Estudio Luis Barragán.
Palabras Clave: Elementos compositivos, manejo de la luz y el color, arquitectura mexicana contemporánea,
Introducción
“El color es un complemento para la arquitectura.
Sirve para agrandar o reducir un espacio.
Además es útil para añadir ese toque de magia que el lugar necesita.”
(“El arte de hacer…” Luis Barragán. Ensayos y apuntes (…) p.106.)
Luis Ramiro Barragán Morfín, primer mexicano en ganar un premio Pritzker, fue un ingeniero civil y arquitecto modernista del siglo XX, nace el 9 de marzo de 1902 en Guadalajara, Jalisco. Su discurso se resume en dos elementos sustanciales de su arquitectura: la luz y el color, los cuales se apropian del espacio volviéndose protagonistas. Esta manera de expresión del uso del color en la arquitectura es relevante ya que funciona como una conexión directa entre el autor y el usuario. El espectador es quien a través de ésta forma logra un acercamiento al mensaje que busca transmitir el autor, dándole una interpretación propia a través de sensaciones producidas por los espacios.
El proceso que se lleva a cabo para la elección del color de cada muro, en cada espacio no es hecha al azar. Luis Barragán hace tantas láminas de color como necesite para realizar diferentes pruebas con diferente área para cada color. Jesús Reyes, de quien se hablará más adelante, fue pieza clave para que el arquitecto tuviera un acercamiento al uso del color en la arquitectura. La paleta de color que utiliza es proveniente de los pueblos de México, por decir, los pueblos de Veracruz, Chiapas, Michoacán, Jalisco, etc están compuestos por combinaciones insólitas y pertenecientes a la cultura mexicana. “Si observan los portales llenos de colores y de sombras, están también llenos de emociones, son una arquitectura de los sentidos y los sentimientos, una arquitectura emocional.” Por otro lado se encuentra la luz, un elemento natural con el que Barragán fue experimentando a través de huecos y ventanas; esta modifica el espacio y los elementos dentro de él. La luz, además de ser utilizada como estrategia espacial, es una proyección significativa en la obra del arquitecto que genera dinamismo, carácter, misticismo y emociones en las instancias y a los usuarios. La relación de éstos dos elementos imprescindibles es clara, el arquitecto hizo mención a lo siguiente: “Uso el color, pero cuando diseño, no pienso en él. Comúnmente lo defino cuando el espacio está construido.”
Influencias en la trayectoria de Luis Barragán
Es importante entender lo que sucedía en el otro lado del mundo mientras que la carrera de Barragán se desarrollaba en México, ya que el contexto extranjero fue una gran influencia para los arquitectos vanguardistas. Durante mediados del siglo XX comenzaba un rechazo hacia lo ornamental y se proponía una nueva corriente estilística que definiera una nueva etapa; así fue como hubo una inclinación hacia lo racionalista. Algo que se considera fundamental en la trayectoria de cualquier arquitecto, es su proceso y las influencias a lo largo de él. Por ello es necesario mencionar el desarrollo de Luis Barragán tras la consumación de sus estudios. Barragán al concluir sus estudios profesionales en la Escuela Libre de Ingeniería, realiza un viaje a Europa. En este viaje, busca reconocer las vanguardias, estilos y tendencias existentes en el extranjero y traerlos consigo a México. En su visita a España quedó atraído por la arquitectura árabe y su concepto de jardín, reflejado fundamentalmente en los jardines del Generalife, también queda marcado por el concepto de jardín renacentista. Cabe mencionar que además, tuvo contacto con dos importantes arquitectos en el medio y posteriormente, tendrían una gran influencia en el desarrollo del estilo de Luis Barragán y su carrera. Ferdinand Bac, un paisajista de nacionalidad francesa, fue quien despertó la ambición de Barragán de diseñar e incorporar jardines a la arquitectura. “Los jardines deben ser poéticos, misteriosos, embrujados serenos y alegres”. Por otro lado, también tuvo un diálogo con Le Corbusier acerca del funcionalismo.
Luis Barragán posteriormente de su viaje a Europa, visitó los Estados Unidos; durante su estadía también conoce a dos importantes personajes que lo ilustraron, José Clemente Orozco; importante muralista mexicano, y el arquitecto Federico Kisler. Además de los contactos que Barragán se hizo en el extranjero, también formó colegas en México. Jesús Reyes, de quien aprende el arte en el uso del color, o la gran relación que formó con el destacado arquitecto y escultor Mathias Gheritz, personaje con quien compartió la autoría de trabajos como las Torres de Satélite, obra existente y reconocida en la actualidad.
Manejo de la luz y el color en las obras de Luis Barragán.
Para Barragán la luz y el color son transformadores del espacio, con los que juega y busca una solución de acuerdo al proyecto y los espacios dentro del proyecto. El arquitecto se inspira en una civilización y cultura de raíces mexicanas, la que converge la realidad con la fantasía; lo que da resultado a espacios atemporales como jardines, terrazas, patios interiores, todo característicos de las obras del arquitecto. La percepción hacia el color que tiene Barragán es más que un elemento que sirve para decorar un espacio, es un espectro que presenta vivamente recuerdos de la arquitectura vernácula mexicana representando las mismas tonalidades: violetas y rosas mexicanas, todos tonos de verde, jade, salvia; el azul con una gama amplia de tonos: índigo, azul verde, cobalto, zafiro, turquesa; los colores rojos van desde el carmesí, el magenta, el fucsia, la buganvilla, el carmín, el bermellón y el cadmio. Su obra arquitectónica se define por el uso del color y el manejo sentimental que le da, él mismo definía su arquitectura como “arquitectura de las emociones”. Por otra parte, la existencia del color en sus obras lo maneja como reflexión de la luz, creando una relación entre ambos. “Las experimentaciones varían en color y luz junto con las relaciones entre el interior y el exterior… sus viviendas actúan como dispositivos sensoriales sensibles que controlan el impacto efectivo que la luz tiene en el color espacial, como un cuerpo expuesto a la luz y buscando su sombra física...”
Algo realmente interesante es la perspectiva de uso que Barragán le da al color, nos habla de una unificación de la energía del color con el espíritu y el cuerpo; que además unifica la cultura mexicana a la arquitectura. Podemos inferir lo anterior ya que el arquitecto hizo mención de esto, argumentando que a lo largo de su trabajo hace un esfuerzo constante para permitirle a los usuarios explorar sus sentidos y sensaciones enfocándose en la serenidad. Las obras arquitectónicas que realizaba Barragán llevan todo un proceso de fondo; lo que el arquitecto hacía para decidir la paleta cromática de un espacio era hacer un arduo análisis de la interacción de sombras y luces, experimentando con las texturas y materiales, asegurándose de que el tono fuera el adecuado y no sufriera alguna alteración.
Por otro lado, éste personaje era alguien que usaba de manera frecuente la luz filtrada en sus proyectos, la cual le da intimidad y funcionalidad a sus construcciones. Al comienzo de su carrera utilizaba paneles translúcidos de vidrio de color siendo sustituido tiempo después por un vidrio pintado de amarillo. Como ejemplos tenemos la Casa Gilardi, el Convento de las Capuchinas y sin duda la Casa-Estudio no es la excepción. Para una manipulación meticulosa de la luz en sus proyectos, sobre todo cuando hablamos de residencias, notamos la presencia de huecos que producen ciertos volúmenes y luces características.
El proyecto Casa-Estudio Luis Barragán (1947).
Anteriormente se ha hablado acerca de dos espectros protagónicos en las obras de Barragán, ahora bien, hablaremos de cómo se adueñan de un proyecto en específico y cómo se relacionan. Para explorar su manera de proyectar la luz y el color se toma como ejemplo la propia residencia del arquitecto, la Casa-Estudio Luis Barragán, obra maestra del movimiento moderno. La fecha de construcción de su casa coincide con el periodo de la primer etapa del desarrollo del fraccionamiento más exclusivo de la Ciudad de México, Los Jardines del Pedregal, proyecto del arquitecto. Curiosamente, Barragán decide llevar acabo su casa en un lote del barrio de Tacubaya constituido por múltiples viviendas populares y no en el exclusivo fraccionamiento, así justificando su ideología de los valores de urbanidad.
La casa estudio es un laboratorio de experimentación de luz y color donde la luz amarilla invade la atmósfera y se encuentra en casi todos los espacios a través de filtros. En su residencia desarrolló un ambiente con rasgos particulares de la arquitectura popular, arquitectura contemporánea y de antiguos conventos mexicanos. La fachada principal de la casa es minimalista, casi sin ventanas y con una paleta sobria esconde en su interior un juego y manejo de luces que modifican los colores y generan profundidades. La entrada de la vivienda es estrecha y funciona como un límite entre la fachada principal y el interior de la casa; el espacio se acompaña por un vitral color ámbar que interpreta un espacio tradicional. Aquel espacio funciona como una pausa que antecede en la casa mexicana o conventos y monasterios; al mismo tiempo prepara los sentidos de los visitantes a través de su paleta de colores y materiales como la madera, piedra y muros de cal (figura 1). La entrada además de las funciones ya mencionadas, puede compararse a un filtro de emociones y sensaciones. Por otra parte, hay una segunda puerta que separa la penumbra ámbar de la entrada, de la luz intensa del vestíbulo. Éste vestíbulo hace analogía a un patio interior por la piedra volcánica usada como piso (figura 2). En este espacio vemos la entrada de una luz cenital dorada hacía un muro magenta que a su vez, se refleja en las escaleras y pared con la ilusión de parecer una sombra rosada. “La experiencia cromática también puede ser leída como una secuencia complementaria. De esta manera el ámbar de la entrada satura la pupila para recibir al color rosa que es, a su vez, preparación y catálisis, si es que abrimos una puerta más y nos asomamos hacia la ventana del comedor que tiene el fondo verde intenso y sombreado del jardín.”
Figura 1 Entrada (Planta Baja)
Figura 2 Vestíbulo (Planta Baja)
En la casa tenemos dos generadores espaciales sobre los que los demás espacios giran alrededor de ellos, el vestíbulo principal y la estancia-biblioteca. Las puertas que
comunican los diferentes espacios se encuentran sobre el muro magenta. el cual le da un peso y volumen. El recorrido de la casa es muy literal por las dimensiones y las entradas de luz en cada espacio, es decir, mientras más grande y luminoso es un espacio, más público es; por el contrario, mientras menos entrada de luz hay, el autor nos habla de un espacio íntimo. En contraposición tenemos un espacio el cual tiene una diálogo directo con el jardín (figura 3), esto gracias al gran ventanal de la estancia que da vista a la vegetación y da entrada de luz. En el ventanal se observa el estudio del arquitecto de las entradas de luz y los huecos. Cabe destacar la presencia de la religión de Barragán en éste espacio, podemos ver como la cancelería del ventanal emula una cruz por la que entra una luz mística. “¿Cómo comprender el arte y la gloria de su historia sin la espiritualidad religiosa y sin el trasfondo mítico que nos lleva hasta las raíces mismas del fenómeno artístico? Sin lo uno y lo otro no habría pirámides de Egipto y las nuestras mexicanas; no habría templos griegos ni catedrales góticas ni los asombros que nos dejó el renacimiento y la edad barroca...”
Figura 3 Ventanal ubicado en la estancia (Planta Baja)
El espacio perteneciente a la biblioteca se dividió y redujo para crear un espacio más íntimo con luz canalizada por pantallas translúcidas. La escalera en la biblioteca (figura 4) se ha convertido en un elemento icónico de la casa, la cual dirige al taller del arquitecto. El color ámbar de nuevo se hace presente en los espacios, en la biblioteca se nota en elementos decorativos como son cuadros y también en elementos constructivos, como lo es el piso. Por otro lado, en el taller de Luis Barragán destaca el techo inclinado de vigas de madera, el cual se ilumina de amarillo por la ventana que está posicionada hacia el oriente se hace presente en la techumbre y vigas (figura 5).
Figura 4 Escalera en la Biblioteca (Planta Baja) Figura 5 Taller (Planta Baja)
Para concluir el recorrido dentro de los espacios más significativos de ésta casa, presentaremos la terraza; está construida por muros elevados, la torre blanca que tiene como función el depósito de agua y las escaleras que conducen a la zona de servicios en la tercera planta de la casa. Cuando se habla de la terraza de la Casa-Estudio se hace una analogía a un laboratorio cromático en el que Luis Barragán experimentó, proyectando evocadoras luces y sombras. Éste espacio le niega la vista al jardín, ya que en sí mismo es otra tipología de jardín.
Figura 6 Terraza Figura 7 Terraza
Reflexión final
A lo largo de la elaboración de este trabajo fue necesario realizar una investigación, la cual involucró hacer una recopilación de distintos textos. Los textos más enriquecedores fueron lecturas en las que un autor con cierto grado de conocimiento hace un análisis y una crítica al manejo de Luis Barragán respecto con a la luz y el color en sus diferentes trabajos. En sus obras podemos apreciar como rescata los elementos arquitectónicos tradicionales de nuestra cultura y les da una propia interpretación en base a una paleta cromática y materiales con diferentes propiedades; lo anterior es claro ejemplo del amor que el arquitecto le tenía a su país.
El conjunto de emociones y sensaciones que Barragán buscaba causar con el manejo de estos elementos en su arquitectura, es justificación suficiente del conocimiento y estudio que hay detrás. En sus obras vemos reflejada su objetividad y entendimiento del espacio, contexto y necesidades del cliente. Sin duda alguna, Luis Barragán se convirtió en un personaje importante para el reconocimiento internacional de una arquitectura mexicana contemporánea.
Referencias:
Figueroa Castrejón, Aníbal. El arte de ver con inocencia. (2002) Universidad Autónoma Metropolitana Accesado el 23 marzo 2020. Disponible en
Fundación de Arquitectura Tapatía. Casa Luis Barragán. (2018) Accesado el 22 marzo 2020. Disponible en
Joao Durao, María. Colors as Pathway of Light: Searching the Shadow in Luis Barragán. (2010) Accesado el 23 marzo 2020. Disponible en
Muñoz Gonzalez, Ana. Luis Barragán la Luz y el Color. (2013) Accesado el 10 marzo 2020. Disponible en http://anamunozgonzalez.es/luis-barragan-la-luz-y-el-color/
Schielke, Thomas. La importancia de la luz en las vibrantes obras de Luis Barragán. (2018) Accesado el 10 marzo 2020.
Disponible en https://www.archdaily.mx/mx/898316/la-importancia-de-la-luz-en-las-vibrantes-obras-de-luis-barragan
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