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Elena Valentina Vargas Lozano

Espiritualidad y Arquitectura

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¿Qué es un espacio espiritual?

La espiritualidad es una característica propia del ser humano, por el contrario, los objetos inanimados carecen de ella; y sin embargo éstas pueden representar y ayudar a amplificarla, si son diseñados con esa característica. Tal puede ser el caso del espacio arquitectónico. “El objeto arquitectónico y sus elementos pueden influir el ámbito espiritual y es así como se parte para establecer la relación de la arquitectura y sus elementos con la espiritualidad y su ámbito con el ser humano.” (Pérez, 2019)


Según el arquitecto Christian Norberg Schulz, el espacio influye en la conducta de las personas y en sus emociones. Dentro de la gran variedad de factores que en conjunto pueden llegar a impactar a las personas, los que estimulan la actividad espiritual en la arquitectura son la simetría, la luz y la escala.



Fig. 1 Simetría Bilateral. Pérez Mena, Miguel Alejandro.“Arquitectura y espiritualidad; estudio experimental sobre la relación del ser humano con el espacio arquitectónico”. Quito: UCE, 2019. http://www.dspace.uce.edu.ec/bitstream/25000/19598/1/T-UCE-0001-ARQ-169.pdf

Fig. 2 Simetría Central. Pérez Mena, Miguel Alejandro.“Arquitectura y espiritualidad; estudio experimental sobre la relación del ser humano con el espacio arquitectónico”. Quito: UCE, 2019. http://www.dspace.uce.edu.ec/bitstream/25000/19598/1/T-UCE-0001-ARQ-169.pdf


La simetría implica el orden del espacio, la relación que se mantiene de un punto a otro creando un eje que proporciona equilibrio entre las partes dentro del espacio. F.Ching define dos tipos de simetría: bilateral y central. Por otro lado, la asimetría también es un concepto que influye en el orden de espacio. Un ejemplo en la arquitectura mexicana de un espacio simétrico es el Oratorio del monasterio benedictino de Santa María de la Resurrección en Cuernavaca de Fray Gabriel Chávez de la Mora.




Fig. 3 Oratorio del monasterio benedictino de Santa María de la Resurrección, Cuernavaca (1957) de Fray Gabriel Chávez de la Mora “Monasterio Nuestra Señora de los Ángeles Cuernavaca, Morelos, Mexico”. Collegio Sant'Anselmo. Consultado el 10 de octubre de 2021. https://www.collegiosantanselmo.com/en/2021/01/04/monasterio-nuestra-senora-de-los-angeles-cuernavaca-morelos-mexico/#


Fig. 4 Oratorio del monasterio benedictino de Santa María de la Resurrección, Cuernavaca (1957) de Fray Gabriel Chávez de la Mora Arquine. Fray Gabriel Chávez de la Mora, Premio Nacional de Arquitectura 2020. Arquine. (2021) Consultado el 20 de septiembre de 2021. https://www.arquine.com/fray-gabriel-chavez-de-la-mora-premio-nacional-de-arquitectura-2020/


La luz permite ubicarnos en el espacio. A pesar de ser un elemento intocable, se puede sentir mediante el calor o la radiación y se puede ver, causando efectos en la conducta humana. Diseñar y controlar la luz es de gran importancia; si en el espacio se llega a percibir poca iluminación o demasiada, su impacto puede causar trastornos de sueño o baja concentración, entre otros.



Fig. 5 y 6 Capilla de las Capuchinas (1952) del Arq. Luis Barragán

Jiménez Labora Prieto, Santiago.”Convento de las capuchinas, la capilla de las emociones”. MXCity.Consultado el 14 de septiembre de 2021.



Según la definición del arquitecto F. Ching (1998), la escala “alude al tamaño de un objeto comparado con un estándar de referencia o con el de otro objeto”. Partiendo de esta definición, Norberg-Schulz toma otra perspectiva y la define como los niveles del espacio existencial que van de menos a más. En la arquitectura es importante que el espacio esté escalado para responder las necesidades del sujeto. Su efecto es tal que muchas organizaciones religiosas o políticas la han implementado para intimidar y controlar a las personas. El impacto en las emociones también considera un factor relevante: el ámbito espiritual.


Fig. 7 Escala Pérez Mena, Miguel Alejandro.“Arquitectura y espiritualidad; estudio experimental sobre la relación del ser humano con el espacio arquitectónico”. Quito: UCE, 2019. http://www.dspace.uce.edu.ec/bitstream/25000/19598/1/T-UCE-0001-ARQ-169.pdf

Fig.8 Santa Sofía (537) por los arquitectos Antemio de Tralles e Isidoro de Mileto Adamuz, José Alejandro. “De Museo a Mezquita: ¿Será posible visitar Santa Sofía?”. National Geographic. (2020) Consultado el 20 de septiembre de 2021. https://viajes.nationalgeographic.com.es/a/museo-a-mezquita-sera-posible-visitar-santa-sofia_15737

Arquitectura emocional como parte de la Identidad mexicana

A partir de estos planteamientos de cómo la arquitectura puede cambiar el comportamiento del habitante, en México, a mediados del siglo XX surgió un movimiento que buscaba transitar de la arquitectura meramente funcional a una que integrara la identidad mexicana: la arquitectura emocional. Ésta buscaba sobre todo que los diseños se adecuaran a las circunstancias climáticas del país y a los materiales predominantes de cada zona.


El principal impulsor del movimiento fue el historiador y artista plástico Mathias Göeritz (1915-1990), quien publicó su “Manifiesto de Arquitectura Emocional”, en el cual especificó los elementos que caracterizan a la arquitectura emocional: el color, la iluminación y el agua. Estos tres recursos fueron pensados para que influyeran en el comportamiento de las personas al habitar el espacio, propiciando en ellos diferentes sensaciones y emociones.



Fig. 9,10,11 Museo Experimental El Eco (1953) de Mathias Goeritz

Cruz, Daniela. “Clásicos de Arquitectura: Museo del Eco / Mathias Goeritz”. ArchDaily. (2013) Consultado el 20 de septiembre de 2021. https://www.archdaily.mx/mx/626412/clasicos-de-arquitectura-museo-del-eco-mathias-goeritz



En 1953, Göeritz construyó el Museo Experimental del Eco con el fin de representar lo que hasta el momento él había definido de la arquitectura emocional: “una creación plástica que exalta el valor artístico de la arquitectura,[...], el edificio debe ser una obra de arte, en donde el espacio, en combinación con las formas, colores y texturas, fueran capaces de desencadenar la emotividad del espectador.” (García Ledesma, 2010)


Fig. 12 Museo Experimental El Eco (1953) de Mathias Goeritz Vázquez, Sica. “El Departamento de Arte y el Museo Experimental El Eco convocan a alumnos de Licenciatura y Posgrado a participar en la Cátedra Extraordinaria Mathias Goeritz”. Arte Ibero. (2018). Consultado el 20 de septiembre de 2021. https://arteibero.com/2018/05/23/el-departamento-de-arte-y-el-museo-experimental-el-eco-convocan-a-alumnos-de-licenciatura-y-posgrado-a-participar-en-la-catedra-extraordinaria-mathias-goeritz/


Como impulsor del movimiento, el arquitecto Luis Barragán (1902-1988), incluyó la arquitectura emocional en su trabajo de manera implícita. De tal forma que se volvió característico de la arquitectura mexicana moderna, debido a la revaloración de la arquitectura vernácula en conjunto con aspectos de la arquitectura islámica y funcionalista internacional. Para él, la arquitectura emocional estaba caracterizada por el uso del color, el agua, los muros, los patios, la vegetación y la luz.



Fig. 13 Casa Estudio (1948) del Arq. Luis Barragán Vargas Lozano, Elena Valentina.(2020) “Fuente en Casa-Estudio Luis Barragán”.


Un claro ejemplo de la visión que tenía Barragán respecto al movimiento es su Casa Estudio (1948) en la Ciudad de México, donde “[...] juega con los colores, techos y ventanas para provocar sentimientos de claustrofobia y al mismo tiempo, hacerte sentir en un espacio seguro. También, pequeños pasillos revelan grandes ventanales para transformar el sentimiento de opresión en uno de completa libertad.” (Ochoa, 2020)



Fig. 14, 15,16,17 Casa Estudio (1948) del Arq. Luis Barragán

Duque, Karina. “Clásicos de Arquitectura: Casa-Estudio Luis Barragán / Luis Barragán”. ArchDaily. (2011) Consultado el 20 de septiembre de 2021. https://www.archdaily.mx/mx/02-101641/clasicos-de-arquitectura-casa-estudio-luis-barragan-luis-barragan


En la obra posterior de Ricardo Legorreta (1931-2011) podemos notar que incluyó los principios de este movimiento con un vocabulario similar al de Barragán, sin embargo le dio un enfoque público y de mayor escala.


Una de las obras de Legorreta que logra retratar la arquitectura emocional es el hotel Camino Real de la Ciudad de México (1968) . En el acceso tiene una fuente de agua con movimientos turbios, muros altos que delimitan el espacio, manejo de la iluminación y color, además de integrar patios en el programa.


Fig. 18, 19, 20 Camino Real (1968) de Ricardo Legorreta

Duque, Karina. “Clásicos de Arquitectura: Hotel Camino Real de Polanco / Ricardo Legorreta”. ArchDaily. (2012). Consultado el 20 de septiembre de 2020. https://www.archdaily.mx/mx/02-128564/clasicos-de-arquitectura-hotel-camino-real-de-polanco-ricardo-legorreta



Un arquitecto que retrata con claridad la relación entre la arquitectura emocional y espiritual fue el arquitecto Antonio Attolini Lack (1931-2012) quién también derivó su lenguaje arquitectónico del antes planteado por Barragán. “Attolini optó por utilizar lo que Mathias Göeritz llamaría “arquitectura emocional”. Esta concepción buscaba una aproximación al lado espiritual del ser humano y el acercamiento al aspecto regional de manera tanto cultural como material de la obra, dejando de lado la funcionalidad pura planteada por el movimiento moderno, ideas convergentes con los principios fundacionales de los misioneros del Espíritu Santo.” (Santa Ana, 2012)


Attolini, al apropiarse de este movimiento, limitó la paleta de colores empleada en su obra a cuatro tonos específicos: blanco, azul-violeta, ocre y terracota; el blanco lo utilizaba en interiores por su plenitud, mientras los otros tres le daban vida al exterior. Para él era muy importante crear una relación entre el interior y el exterior. pues su intención era que el color de afuera se reflejara en el interior mediante la exposición de la luz.



Fig. 21, 22, Iglesia de la Santa Cruz del Pedregal (1968) de Antonio Attolini Lack

Santa Ana Lozada, Lucía. Santa Ana Lozada, Perla. “La transformación espacial de las iglesias católicas en la segunda mitad del siglo XX en México. El caso de la Santa Cruz del Pedregal”. Facultad de Arquitectura. UNAM (México) (2015). Consultado 2l 22 de septiembre de 2021.



En la Iglesia de la Santa Cruz del Pedregal (1966-1968) de la Ciudad de México, obra iniciada por José Villagrán, es muy selectivo con el manejo del color ya que específicamente al fondo del edificio dejó pintado un triángulo amarillo. Esto, con el propósito de darle vida al resto del cuerpo con el simple reflejo de la luz cenital que proporciona el sol. Attolini consideraba crucial crear este acercamiento con el entorno de manera natural, porque para él Dios está en la naturaleza. Por otro lado, al interior del edificio juega con las alturas, pero se mantiene estable con el manejo de una escala que impone la atención al altar.



Fig. 23, 24 Iglesia de la Santa Cruz del Pedregal (1968) de Antonio Attolini Lack

“La Iglesia de la Santa Cruz del Pedregal: ejemplo de modernidad y tradición”. MXCITY. (2017). Consultado el 22 de septiembre de 2021.



El trabajo de los arquitectos previos fueron un punto de referencia que ayudó a replantear cómo se estaba experimentando el espacio, tanto en lo que respecta a la vivienda, como en otros lugares con programas arquitectónicos públicos. La arquitectura emocional encontró la introspección en las personas mediante los sentidos usando elementos que hacen referencia a la arquitectura espiritual, además de crear una nueva identidad mexicana en la arquitectura.


Elena Valentina Vargas Lozano, estudiante de arquitectura en la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México. Sus principales intereses son la investigación, el urbanismo y el análisis del funcionamiento de las construcciones y ciudades, pensando en el sentido de pertenencia que brindan a la comunidad. Actualmente realiza su servicio social en FUNDARQMX, desempeñándose en el cargo de directora de gestión de logística y difusión de redes sociales, aportando a la creación de contenido gráfico y temático.


Bibliografía


Pérez Mena, Miguel Alejandro.“Arquitectura y espiritualidad; estudio experimental sobre la relación del ser humano con el espacio arquitectónico”. Quito: UCE, 2019.


Salcedo D’Andrey, Eliber. “La arquitectura como teología del espacio y experiencia de sentido místico”. Reflexiones Teológicas, no. 9 (2012): 109-132. Consultado el 26 de julio de 2021. https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/4087750.pdf


García Ledesma, Cuauhtémoc. “La arquitectura mexicana, altamente emocional”. Desde la Red. (2010). Consultado el 26 de julio de 2021.


Ochoa, Andrea.” Arquitectura emocional: entre el funcionalismo y la identidad mexicana”. AD Magazine (2010). Consultado el 5 de agosto de 2021.



Santa Ana Lozada, Lucía. Santa Ana Lozada, Perla. “El aporte de las iglesias católicas en la sociedad contemporánea”. En Territorialidades y Arquitecturas de lo Sagrado en el México Contemporáneo, coordinado por Martín Manuel Checa-Artasu, J. Jesús López García y María Cristina Valerdi Nochebuena, 187-191. Aguascalientes: Universidad Autónoma de Aguascalientes, 2014. http://martinchecaartasu.com/wp-content/uploads/2017/08/libro-Territorialidades-y-arquitecturas-de-lo-sagrado-en-el-Mexico-contemporaneo.pdf


Martínez Vicente, Mónica. “Una Mirada al Futuro Próximo en la Transformación de los cementerios desde la perspectiva de la Arquitectura Emocional”. Revista Murciana de Antropología, no. 26 (2019). Consultado el 13 de agosto de 2021. https://revistas.um.es/rmu/article/view/380981/276541




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