A 106 años de su nacimiento, el arquitecto español naturalizado mexicano, revolucionó la construcción con sus cubiertas ala de concreto.
Hacemos esta breve reseña para conmemorar los 106 años del nacimiento de Félix Candela, celebrando el legado de un arquitecto-pionero que implementó una tecnología revolucionaria, construyendo espacios curvos con líneas rectas a través de estructuras laminares de concreto armado conocidas como cascarones.
Después de haber sido exiliado de España en 1939, Félix Candela desembarca en Veracruz, del Sinaia, con el fin de encontrar asilo en uno de los países más hospitalarios: México. Su llegada, vino de la mano con una prosperidad económica en la que se encontraba el país, dando como consecuencia la evolución en la industria de la construcción.
Un destino particularmente afortunado para Candela, que le permitió conducir su capacidad creativa y alto nivel profesional, en propuestas que encajaban tanto en el proceso de construcción de la época como en el bajo costo de su ejecución. Sus paraboloides hiperbólicas -además de resistentes-, conseguía construirlas en concreto armado coladas sobre ligeras cimbras de tablas de madera, librando grandes claros de manera económica.
El mismo año de su llegada a tierras mexicanas, el arquitecto llevó a cabo su primera obra construida en Chihuahua, donde desarrolló la colonia Agrícola Santa Clara que albergaría a los exiliados europeos.
En 1941, Candela se nacionalizó mexicano y de esta forma comenzó a movilizarse por diferentes ciudades de la república, realizando obras de todo tipo y a distintas escalas como los bungalows para el Hotel Papagayo en Acapulco, hoy demolidos.
Años después, al ir construyendo su fama como arquitecto, Candela comenzó a registrar sus obras bajo el nombre de su empresa Cubiertas Ala. A pesar de crear su compañía y de tener cierto reconocimiento profesional por sus hallazgos estructurales, con dificultad pudo ponerlos en práctica, ya que el círculo de relaciones con industriales y empresarios de México eran reducidas. Requería de proyectos lo suficientemente flexibles de programa como para implementar las cubiertas que diseñaba.
1950 fue un año sumamente significativo para el futuro de Candela; después de una charla casual en la calle con su antiguo colega Fernando Fernández Rangel, deciden formar una sociedad, incorporando por primera vez a arquitectos mexicanos en el equipo de Cubiertas Ala.
Esta sociedad dio pie al despegue del éxito de la compañía, ya que los hermanos Fernández Rangel se encontraban perfectamente colocados en el gremio de arquitectos en México.
Llegaron todo tipo de comisiones para proyectos muy contrastantes; los hermanos llevaron una serie de proyectos de residencias particulares y Candela puso en práctica la construcción de sus cubiertas desde una pequeña florería hasta grandes bodegas.
"Empezábamos a construir varias residencias y, siempre que se podía, metíamos algún techo de cascarón para adquirir experiencia, aunque fuera copiando lo que otros hubieran hecho. Mi interés estaba en demostrarme, a mí mismo, que podía hacer lo que otros habían hecho, sin ningún afán de originalidad."
Los socios fundadores mexicanos abandonaron pronto la compañía y Candela se vio obligado a reestructurarla, por lo que terminó funcionando casi exclusivamente como una empresa familiar manejada por los hermanos Candela Outeriño. Félix se encargó del Departamento de Proyecto y Cálculo, Antonio del Departamento de Construcción y Julia de la Administración General de la compañía. Además, la empresa contó siempre con hábiles arquitectos e ingenieros colaboradores, por periodos largos o de forma esporádica.
Conforme los cascarones se fueron popularizando y adquiriendo relevancia a nivel internacional, la fama mundial como arquitecto, estructurista y teórico se incrementó exponencialmente.
Félix Candela fue autor de varios libros y artículos a lo largo de su vida que versaban sobre la filosofía de sus estructuras y defendiendo las premisas fundamentales que implementó en su arquitectura. Como el libro que publicó junto con Colin Faber en 1963, donde se compila la mayor información respecto a las múltiples obras registradas bajo el nombre de Cubiertas Ala.
El plural legado de Candela sigue vigente y forma parte de los más prestigiados referentes internacionales tanto para académicos como profesionistas. Hoy el Archivo Candela Martín resguarda el material donado al Archivo de Arquitectos Mexicanos de la Facultad de Arquitectura de la UNAM, donde se puede consultar el Catálogo de Proyectos y Obras de Cubiertas Ala, enlistando 1,437 proyectos desarrollados.
De entre las más de 500 obras construidas, hay una tipología específica que llama nuestra atención, de la cual se ha hablado y registrado poco: las gasolineras. No existe un catálogo descriptivo de las cubiertas realizadas por Candela en este tipo de edificaciones, aunado a que la mayoría soportaron fuertes adaptaciones ante la sobre posición de la imagen institucional de Pemex.
Se trata de pabellones con techumbres ligeras visualmente, que vuelan en cantiléver, o que se sostienen con un mínimo apoyo en un extremo con columnas esbeltas de concreto y que a la vez de su belleza, protegen generosamente de la lluvia y del sol al usuario.
Ante el riesgo de perderlas, queremos pedir tu apoyo para ir armando un registro visual de éstas. Si tienes fotografías de alguna de estas Gasolineras-Candela, envíalas a info@fundarqmx.com y las compartiremos en nuestras redes sociales con tus datos: nombre y ubicación de la Gasolinera. ¡Gracias!
"Entre Tsurus oxidados y Volkswagens de último modelo se desplanta el elegante pilar en el que yace la paraboloide hiperbólica que viste de paneles de franjas color rojo y verde que retratan el rostro pálido de la industria petrolera mexicana. A pesar del escepticismo matemático, el secreto del cálculo había sido descubierto. Guardando toda proporción y escala, el cascarón resguarda bajo su lecho toda variedad de lubricantes para autos de motor y módulos de combustible alternativos".
Escrito por: Camila Ocejo Domengue
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