Introducción
De 1940 a 1970 la población de las ciudades mexicanas aumentó descontroladamente como resultado de la migración del campo a la metrópolis. Esta época, también conocida como el milagro mexicano, se caracterizó por el desarrollo de la economía y la industria (1). En 1940, 70% de la población laboral se encontraba en el campo, mientras que en 1970, únicamente 40%, señalando la transición de lo rural a lo urbano (similarmente, la población total del país de 1940 era de 20 millones y tan solo treinta años después se triplicó). Este crecimiento se debe también a la creación de instituciones públicas con la finalidad de mejorar los servicios de salud, como el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en 1942 y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE) en 1959 (2).
El gobierno de Manuel Ávila Camacho (1940-1946) cambió el enfoque económico de uno agrario a uno industrial, del cual se benefició el país durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). México se convirtió en exportador de materia prima y productos manufacturados (3). Tanto el presidente Manuel Ávila Camacho como el presidente Miguel Alemán (1947-1952) promovieron varios proyectos de infraestructura; un ejemplo claro fue el planteamiento de los ejes viales de la Ciudad de México que empezó en 1950 (4).
Esquema de los ejes viales. Ilustración de http://eldefe.com/2009/07/31/ejes-viales-distrito-federal/
Como resultado del aumento en proyectos (tanto públicos como privados), se crearon empresas de construcción, siendo la más notable ICA (5). La empresa Ingenieros Civiles Asociados se fundó en 1947 por 17 ingenieros civiles de la UNAM, liderado por Bernardo Quintana Arrioja. La empresa estuvo involucrada en varios proyectos (principalmente obras públicas) como carreteras, puentes, hospitales y notablemente fueron quienes llevaron a cabo la construcción de varias unidades habitacionales en la Ciudad de México (6).
El Instituto Nacional de la Vivienda
En 1960, el Instituto Nacional de la Vivienda (INV) generó un programa conocido como Unidad Piso-Techo con la finalidad de proveer unos lineamientos para los proyectos de autoconstrucción, que incrementaron como resultado del crecimiento de la población en las ciudades. La propuesta se enfocó en delinear cómo construir una vivienda que pudiera durar entre 15 a 20 años y que aprovechara de los materiales locales de cada región para poder minimizar costos y promover sistemas constructivos locales. En términos sencillos, el INV quiso institucionalizar la autoconstrucción (práctica que ya se estaba llevando), como resultado de la incapacidad (en términos económicos) de que la mayoría de la población pudiese pagar una casa (7).
La casa en la era atómica
Ante el problema de “la habitación popular”, el arquitecto Carlos Lazo, egresado de la Escuela Nacional de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México (1938), propuso la utilización de los terrenos con topografías accidentadas para generar “cuevas civilizadas” (8). Su “casa manifiesto” fue el resultado de una revolución científica, la cual surgió después de la Segunda Guerra Mundial, cuando Estados Unidos lanzó la bomba atómica sobre Hiroshima y Nagasaki (9). La casa Sierra Leona 374 constaba de una planta irregular (como una célula) con un patio interior cubierto por cristal (como si fuese un invernadero) que fungía como la única conexión con el exterior (ya que la casa estaba completamente enterrada. El arquitecto quería generar un sentimiento de resguardo y de protección ante la “ciudad agresiva” (10). Las ventajas de este tipo de construcciones son: que la vivienda es más rígida por ser abovedada, hay menos pérdida de espacio y de materiales y la construcción es más rápida. Lazo dijo que la casa cueva “reunía las tres alegrías esenciales: espacio, verde y sol” (según el arquitecto norteamericano Frank Lloyd Wright) (11). Esta arquitectura se tiene que entender desde un punto de vista organicista, el cual tiene como objetivo vincular al edificio con el paisaje, desde el uso de distintos materiales hasta la concepción de los espacios y sus formas geométricas. Para Frank Lloyd Wright “orgánico significa intrínseco”, donde la parte conforma un todo y viceversa. En este caso, la naturaleza no es salvaje, más bien forma parte de un mundo tecnológicamente avanzado, en otras palabras, se integra a él (12).
Casa Cueva de la Era Atómica (1948) - Carlos Lazo.
Fotografía de Armando Salas Portugal
En 1956, Carlos Lazo, Augusto Pérez Palacios, Jorge Bravo y Raúl Cacho empezaron a desarrollar el proyecto del Conjunto Belén de las Flores. Partiendo de su “casa manifiesto”, las unidades de vivienda se adaptan al paisaje rural de Santa Fé, integrando la arquitectura con su contexto físico. Las casas tenían una planta libre, únicamente irrumpida por un núcleo de servicios donde se encontraba el baño y la cocina. Adicionalmente, se había planteado que el conjunto albergara servicios comunes como una escuela, áreas deportivas y locales comerciales (13). Fue una nueva manera de concebir un desarrollo habitacional, como una especie de microciudad adecuada meticulosamente en un terreno “indomable”.
Conjunto Belén de las Flores (1956) - Carlos Lazo, Augusto Pérez Palacios, Jorge Bravo y Raúl Cacho. Fotografía del Archivo de Arquitectos Mexicanos.
El primer conjunto habitacional
Antes del Conjunto Belén de las Flores, Carlos Lazo, junto con Antonio Serrat, diseñaron el primer conjunto multifamiliar de México, la Unidad Esperanza (1948). El plan maestro incluía 12 edificios con 250 viviendas, las cuales se organizan en torno a una plaza central. Una cualidad distintiva del proyecto fue que solo se edificó 25% del terreno, dejando el resto libre para la planeación de áreas comunes o recreativas y parques (este esquema de reducir la superficie ocupada por el edificio se convertiría en una característica principal de los conjuntos habitacionales). Esta nueva concepción de los proyectos habitacionales en México se generó mediante dos principios: “la convivencia y el respeto a la individualidad” (14).
Unidad Esperanza (1948) - Carlos Lazo y Antonio Serrat
Fotografía del Archivo Carlos Lazo
Mario Pani
Hubo dos eventos que destacaron en 1911: la entrada de Madero a la capital y el nacimiento de Mario Pani, un arquitecto que transformó la Ciudad de México y la sociedad que lo habita. Su tío, Alberto J. Pani, Secretario de Industria, Comercio y Trabajo (1924-1928), le otorgó el puesto de cónsul en Amberes (Bélgica) a su padre Arturo Pani. En 1925 (año de la Exposición de las Artes Decorativas), la familia se mudó a París, ciudad cuya influencia en el arquitecto se reflejaría en su obra (15).
En 1934, tras realizar sus estudios de arquitectura en la Escuela Nacional de Bellas Artes de París, Mario Pani regresó a la Ciudad de México . Al haber estudiado en París, Pani fue influenciado por la obra y las conferencias dadas por el arquitecto suizo Le Corbusier, quien promovía un reordenamiento urbano para satisfacer las necesidades del hombre moderno. Durante esta época, Le Corbusier presentó el proyecto de la Ville Radieuse que se distribuye a partir de unas torres residenciales rodeadas de áreas verdes. Posteriormente, esta idea se concretaría en las unidades habitacionales, tanto de Europa como en México (16).
La vivienda como propuesta urbana
Mario Pani logró convencer al presidente Miguel Alemán de realizar los primeros conjuntos habitacionales como una respuesta a la falta de vivienda (que también fungió como un instrumento político). En 1947 Mario Pani junto con Félix Sánchez Baylón, Carlos B. Zetina, José Luis Cuevas, Domingo García Ramos y Homero Martínez desarrollaron el proyecto de la Unidad Modelo, el cual se concibió para albergar a 15,000 personas. Fue el primer conjunto que incorporó los servicios públicos a una escala “sin precedentes”. El plan maestro incluía escuelas, locales comerciales, áreas deportivas y mercados, los cuales se distribuían en cinco “supermanzanas” (18). Según Stein y Wright (integrantes de la Regional Planning Association of America), las supermanzanas deben: incorporar el superblock (las viviendas no se alinean con el perímetro del terreno como se solía hacer antes); distinguir entre calles para el automóvil y calles peatonales; establecer la “unidad vecinal” (19). La Unidad Modelo incorporó distintas tipologías habitacionales (casas, edificios de departamentos y bloques multifamiliares) lo cual generó esa unidad vecinal (20).
Centro Urbano Presidente Alemán (1949) - Mario Pani, Salvador Ortega, J. de Jesús Gutiérrez y Genaro de Rosenzweig
Fotografía del Archivo de Arquitectos Mexicanos
Al mismo tiempo que se diseñó la Unidad Esperanza, Mario Pani y Salvador Ortega estaban supervisando la construcción del Conjunto Urbano Presidente Alemán “CUPA“ (1947-1949). La Dirección de Pensiones Civiles para el Retiro fue la institución pública encargada de supervisar y autorizar cada etapa de la obra. La empresa constructora ICA (1947) fue seleccionada para llevar a cabo la construcción del conjunto, el cual se terminó completando en dos años (mientras que la Unidad Habitacional de Marsella, diseñada por Le Corbusier llevó cinco años en completarse) (21). ICA desarrolló nuevos sistemas de producción en masa para eficientizar la elaboración del proyecto. También lograron establecer cálculos muy precisos sobre la cantidad de material requerida para cada edificio, con la finalidad de reducir los materiales excedentes y reducir el costo de construcción (22). La gran innovación del CUPA fue su concepción como propuesta urbana, donde los límites se borraron y las áreas comunes se convirtieron en espacios públicos para los habitantes de la ciudad. El proyecto cuenta con jardines, espacios deportivos, guarderías, una escuela y locales comerciales (este programa se logró al dejar el 80% del terreno como área libre o áreas verdes). Adicionalmente, Pani aplica el concepto de colocar un pasillo de circulación por cada tres pisos (logrando esto al incorporar los departamentos tipo dúplex) (23). Fue realmente un cambio drástico en cuanto a cómo se pensaba en la vivienda en aquella época; Pani replanteó el encargo original de 200 casas unifamiliares y terminó construyendo 1,080 viviendas que se repartían en un sentido vertical en vez de uno horizontal (24). Este conjunto se inspiró en la Ciudad Radiante de Marsella, del cual obtiene su forma de zigzag en planta (25).
Tres años después de haber terminado la construcción del CUPA, Mario Pani y Salvador Ortega realizan el proyecto del Centro Urbano Presidente Juárez (1952). Si bien el CUPA dejó un 80% del terreno libre, este conjunto logró dejar el 93% libre. Pani generó 12 distintos tipos de vivienda para este proyecto, fomentando una mayor diversidad de usuarios (26). Nuevamente en 1957, Pani y Salvador Ortega diseñaron la Unidad Habitacional de Santa Fé (proyecto encargado por el IMSS), el cual se distingue por tener una gran variedad tipológica ya que incorpora bloques multifamiliares (distintos) y viviendas seriadas (27).
Unidad Habitacional Santa Fé (1957) - Mario Pani y Salvador Ortega
Fotografía del Acervo Histórico Fundación ICA
Quizás el proyecto más emblemático de esta época fue el Conjunto Urbano Presidente López Mateos de Nonoalco-Tlatelolco (1957-1964). Obra de un equipo liderado por Mario Pani, Luis Ramos Cunningham y Enrique Molinar, la propuesta se basó en el argumento de la regeneración urbana. Sin embargo, se consideró un acto “en contrasentido de la Revolución” debido al despojo de los habitantes de la zona. El conjunto se divide en tres secciones: La Independencia, La Reforma y La República las cuales están delimitadas por ejes viales (28). Tlatelolco se concibió como un núcleo autosuficiente conformado por 102 edificios con más de 12,000 viviendas (en comparación con las 1,080 del CUPA). El plan maestro contemplaba dejar 80% del área libre, para así generar espacios recreativos para promover la convivencia entre los distintos habitantes del conjunto. Antes de realizar el proyecto, se llevó a cabo un estudio sobre las necesidades de la vivienda de acuerdo con los distintos perfiles de los habitantes (29). Esta investigación llevó a la creación de viviendas para distintos usuarios y utilizó la supermanzana como una herramienta de organización y ordenación del programa.
Conjunto Urbano Presidente López Mateos de Nonoalco-Tlatelolco (1964) - Mario Pani, Luis Ramos Cunningham, Enrique Molinar, Domingo García Ramos, Victor Vila e Hilario Galguera. Fotografía de Armando Salas Portugal
Un instrumento político
Las unidades habitacionales después de la Segunda Guerra Mundial sirvieron como símbolos físicos del poder y del control que tenía el gobierno mexicano. Muchas unidades recibieron el nombre del presidente que estaba gobernando en ese momento. Similarmente, la Unidad Habitacional Villa Olímpica sirvió como una imagen hacia el exterior de que el país se encontraba en un ambiente político estable (lo cual no era cierto). En Tlatelolco, varias ruinas prehispánicas fueron destruidas o dañadas como resultado de la realización de una visión “ideal” de la nueva ciudad moderna (30).
La vivienda del ser
Durante la segunda mitad de la década de 1940, varios intelectuales, entre ellos Luis Barragán, repensaron los espacios que habitamos y la manera en que los habitamos. El arquitecto de Guadalajara buscó atender al individuo, a la persona, al ser (31). Ya no únicamente era una arquitectura racional, sino también era una arquitectura emocional, de contemplación (como los jardines de la Alhambra en España) (32).
El siguiente artículo de La vivienda en México, explora la arquitectura de Luis Barragán, aquellos que influyeron en su concepción del espacio y el legado que dejó. También se examina la idea de ligereza dentro de su arquitectura, donde la liberación del espacio surge a partir de una interacción sensorial y emocional (33).
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Notas y Referencias
1. A. Arenas, José Armando y Angélica N. Juárez P. “Los grandes desarrollos habitacionales en la Ciudad de México: ¿proyectos habitacionales o proyectos políticos y económicos?”. Bitácora arquitectura. Núm. 32, 2016, 75.
2. Fierros Benítez, Alejandro G. “El Milagro mexicano: legado de la revolución”. Horizonte histórico. Núm. 9, 2014, 117-119.
3. C. Dávila, Doralicia. Manuel Ávila Camacho. Accesado 29/05/2021. Disponible en https://www.memoriapoliticademexico.org/Biografias/ACM97.html; Internet.
4. S. Arellano, Javier. La gran urbanización de los años 1940 a 1970. Accesado 16/06/2021. Disponible en https://www.arqred.mx/blog/2010/01/27/23791/; Internet.
5. S. Arellano, Javier, Op. Cit., Internet.
6. El Universal. ¿Quién es Ingenieros Civiles Asociados?. Accesado 14/06/2021. Disponible en https://www.eluniversal.com.mx/cartera/negocios/quien-es-ingenieros-civiles-asociados; Internet.
7. Sánchez, Horacio, La vivienda y la ciudad de México - Génesis de la tipología moderna. México: UNAM, 2006, 217-218.
8. Hernández Gálvez, Alejandro. Carlos Lazo. Accesado 15/06/2021. Disponible en https://www.arquine.com/carlos-lazo/; Internet.
9. Barquera, Rebeca. “Utopía atómica: Ciudad Universitaria y las cuevas cósmicas de Carlos Lazo”. Ciudad y arquitectura en América Latina y Europa en el periodo de 1945-1975. Núm. 12, 2017, 116.
10. Cruz González Franco, Lourdes. La casa en la Ciudad de México en el siglo XX - Un recorrido por sus espacios. México: UNAM, 2016, 199-200.
11. Bravo Saldaña, Yolanda. La cueva civilizada de Carlos Lazo. Accesado 15/06/2021. Disponible en https://www.arquine.com/la-cueva-civilizada-de-carlos-lazo/; Internet.
12. Bravo Saldaña, Yolanda, Op. Cit., Internet.
13. Canales, Fernanda. Vivienda colectiva en México - El derecho a la arquitectura. Barcelona: Gustavo Gili, 2017, 16-17.
14. Canales, Fernanda, Op. Cit., 28.
15. Adriá, Miquel. Mario Pani. Accesado 17/06/2021. Disponible en https://www.arquine.com/mario-pani-105-aniversario/; Internet.
16. Adriá, Miquel, Op. Cit., Internet.
17. Sánchez Rueda, Guillermo. “Origen y desarrollo de la supermanzana y del multifamiliar en la Ciudad de México”. Ciudades. Núm. 12, 2009, 156.
18. Canales, Fernanda, Op. Cit., 28.
19. Sánchez Rueda, Guillermo, Op. Cit., 157.
20. Canales, Fernanda, Op. Cit., 28.
21. Gómez Porter, Pablo F. “La construcción de los multifamiliares de Mario Pani: historia, problemas y retos actuales”. Boletín de monumentos históricos. Núm. 35, 2016, 162.
22. Gómez Porter, Pablo F. Op. Cit., 163.
23. Adriá, Miquel. Pani y la vivienda colectiva. Accesado 17/06/2021. Disponible en https://www.arquine.com/pani-y-la-vivienda-colectiva/; Internet.
24. Canales, Fernanda, Op. Cit., 21.
25. Arquine. 65 años del CUPA. Accesado el 16/06/2021. Disponible en https://www.arquine.com/65-anos-del-cupa/; Internet.
26. Canales, Fernanda, Op. Cit., 22.
27. Canales, Fernanda, Op. Cit., 22.
28. López Levi, Liliana y Elizabeth Ramos G. “Mario Pani: de la ciudad imaginada a la ciudad habitada”. Topofilia. Núm. 18, 2019, 14.
29. A. Arenas, José Armando y Angélica N. Juárez P. Op. Cit., 76-77.
30. Sánchez, Horacio, Op. Cit., 232.
31. Ambasz, Emilio. The Architecture of Luis Barragán. MOMA. Nueva York: 1976, 105.
32. Lipovetsky, Gilles, De la ligereza. Barcelona: Anagram, 2016.
Bibliografía
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