“Tacubaya, no se les olvide, es México… La cadena de arcos que unen a la capital con esta villa es bien corta, el día menos pensado desaparecerán sus eslabones, y las dos poblaciones se confundirán”. Ernesto Mason, 1844
A pesar de que su traza permanece prácticamente intacta, existe un gran riesgo de perder el carácter original de la colonia, debido a la constante demolición de su patrimonio arquitectónico.
El mes pasado comentamos sobre la fascinante historia de Tacubaya, una de las poblaciones más antiguas establecidas alrededor de los lagos del Valle de México, hechos que serían difíciles de creer, de no ser por la constancia que dan sus imponentes edificaciones patrimoniales, las cuales han logrado permanecer milagrosamente a pesar de las dramáticas transformaciones y desafortunadas intervenciones como el segundo piso, los pasos a desnivel y la llegada de la línea 1 del Metro, así como el fraccionamiento a principios del siglo XX de extensas propiedades demoliéndose mansiones con jardines, huertas y olivares.
Un caso especial se da con el fraccionamiento de la colonia San Miguel Chapultepec, al dividir un territorio que en su mayoría estaba ocupado por sembradíos, como se observa en la pintura de Edouard Pingret realizada a mediados del siglo XIX, titulada “Vista de San Miguel Chapultepec” donde muestra una panorámica de Tacubaya hacia el Cerro de Chapultepec coronado por su castillo y San Miguel Chapultepec es un gran campo despejado y libre.
En la misma pintura se aprecia una hilera de casas sobre una calzada de tierra que limita el campo de San Miguel y que son de factura sencilla. En un primer plano, se aprecia a un grupo de personas jugando con el chorro de agua de una fuente en una de las propiedades que había en la zona.
Se extiende sobre un terreno triangular localizado entre Constituyentes, José Morán y Circuito Bicentenario. Las calles conformaron una retícula desfasada por algunos grados de la existente, la cual corre paralela a la Calzada de Tacubaya.
Se tienen antecedentes desde el siglo XVI del barrio San Miguel Culhuacatzingo que formaba parte de la villa de Tacubaya; un paraje campestre con algunas casas humildes desperdigadas entre las lomas y terrenos donde se llevarían a cabo batallas como la Invasión Estadounidense en 1847.
Se sabe que la fundación del pueblo de San Miguel Chapultepec se dio poco después de la conquista de México, alrededor de 1530, al convertir el cerro en un bien preciado por sus manantiales de agua y luego a formar parte del Ayuntamiento.
A comienzos del siglo XX la ciudad se “desborda”. Comienzan a construirse casas sobre las calzadas principales y al interior de estas se van fraccionando los terrenos de las haciendas. Si bien es cierto que la ciudad se expande hasta alcanzar poblaciones como Tacubaya, Azcapotzalco o Mixcoac, también fueron estos pueblos los que fueron creciendo hasta alcanzar a la ciudad.
Tras la Revolución, toda la zona de Tacubaya se transformó y las antiguas casas de gente acaudalada quedaron vacías, se lotificaron las huertas, las caballerizas y finalmente las casas fueron demolidas para dar cabida a una nueva sociedad con necesidades de vivienda de menor escala.
La Ciudad de México crece sobre todo hacia el Poniente y Sur-Poniente, como lo muestra un plano presentado al entonces presidente Porfirio Díaz, donde el ensanchamiento pareciera un brazo que se extiende sobre el Paseo de la Reforma con las colonias proyectadas aún sobre los terrenos de las haciendas de la Teja y la Condesa, predios que se extienden hasta tocar la antigua villa de Tacubaya.
San Miguel Chapultepec, como la conocemos hoy en día, se urbaniza al iniciar el siglo XX y no es sino hasta 1913 cuando se le otorga el título de colonia, junto con la Escandón y San Pedro de los Pinos.
Todo el terreno que abarca la actual colonia pertenecía a un solo propietario, el Lic. Rafael Martínez de la Torre, quien solicitó la autorización para fraccionar sus tierras sin tomar en cuenta en un principio el trazo de las calles y la introducción de infraestructura, sino que esto fue realizándose paulatinamente a costo de los compradores de predios, motivo por el cual sería una colonia de lento poblamiento.
Finalmente, a pesar de que su traza permanece prácticamente intacta, existe un gran riesgo de perder el carácter original de la colonia, debido a la constante demolición de su patrimonio arquitectónico, el cual le ha dado identidad durante el siglo que tiene de existencia.
En el 2005, ante la revisión del Programa Delegacional de la Miguel Hidalgo, se logró que San Miguel Chapultepec fuera considerada “zona patrimonial” y con esto tanto su aspecto urbano como sus edificaciones estuvieran más protegidas, entre las que cabe destacar la Casa Abierta al Tiempo, de la UAM, localizada sobre Pedro Antonio de los Santos 84; la Hacienda San Miguel, sobre General Cano y Gelati -actualmente está parcialmente invadida y poco a poco ha ido perdiendo su unidad arquitectónica-; la Notaria 81, en Protasio Tagle 94, que supo adecuar a éste nuevo uso la mansión existente y la Casa Gilardi proyectada por el Arq. Luis Barragán en 1976, la cual conserva de manera contemporánea el mismo carácter enclaustrado de los jardines y patios de las casas tradicionales en la colonia San Miguel Chapultepec.
Ahora, los invito a recorrerla y a apreciar las casas de campo que aún conserva y la amabilidad que se percibe en sus calles a 101 años de su conformación.
Escrito por: María Bustamante Harfush, es arquitecta de la Universidad Iberoamericana, con maestría en Vivienda y Urbanismo por la Architectural Association School of Architecture de Londres, Cronista de la Delegación Miguel Hidalgo y Presidenta de FUNDARQMX.
Cómo se puede contactar con la arquitecta, somos vecinos de la colonia y acabamos de Ku dar una batalla enorme sobre el SAC Tacubaya, nos urge su opinión sobre los Poligonos de actuación para defender que por Constiyuntes están fusionando predios con calles secundarias para invadir la colonia y hacer centro comercial con hotel y vivienda